Crezcamos pero respetando el equilibrio natural y sus límites.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los empleos verdes «son aquellos que reducen el impacto ambiental de las empresas y sectores económicos hasta alcanzar niveles sostenibles. Se entiende por empleos verdes el trabajo en la agricultura, industria, servicios y la administración que contribuyen a conservar o restablecer la calidad ambiental»
Generalmente cuando se habla de este tipo de modelos económicos, se piensa que no son «rentables» y que persiguen simplemente una filosofía de vida de aquellos que establecen modelos de negocio bajo estos criterios. La realidad es otra, y tenemos modelos latinoamericanos exitosos que así lo comprueban, como es el caso de Natura.
El verdadero desafío de este nuevo paradigma es que las empresas que no han contemplado criterios amigables con el medio ambiente, y tienen un nicho de mercado que poco o nada le presiona para que esto sea una realidad para la organización.
Se debe desmitificar que la posibilidad de reconversión del modelo de negocio es compleja y requiere de grandes inversiones para hacerla una realidad palpable, esto no es así. Se comienza con pequeños cambios, hábitos, y con alianzas entre diversos actores para dar vida a la nueva normalidad. Cambiando la cultura dentro de las empresas y/o organizaciones, utilizando menos papel, haciendo compras de insumos a empresas que contengan certificaciones ambientales, difundiendo información sobre lo que significa tener un actuar en la vida sostenible. La clave, es concebir que existen diversas formas de contribuir y no solamente cambiando la matriz productiva completa de las empresas. Lo que para uno es un insumo no aprovechable, para otro será materia prima, pero nunca, jamás será basura.
La transformación obedece no solo al sector productivo, sino a la reorganización completa de las sociedades y su vinculación entre ellas, el colapso de la economía lineal es inminente lo cual deja sus efectos no sólo en «el cambio climático», sino que en sociedades que no cuentan con el capital necesario para hacerle frente a las consecuencias de la contaminación por basura marítima que inunda playas, que mata ecosistemas marinos completos y con ellos los grandes bosques oxigenadores del planeta. Esto es un esfuerzo en conjunto, porque es un tema planetario en el cual coexistimos los unos junto a los otros, sin importar cantidad de PIB, cultura, tamaño, ni género.
A estas alturas, la situación ya está zanjada y por mucho que no se quiera mirar, llegará un punto donde ya no se podrá apartar más la vista, el modelo productivo de consumo actual es el problema y nosotros como consumidores activos también somos parte de él, finalmente la decisión de a quien le entregas el dinero, es personal.